Termorregulación


Cuando la temperatura normal disminuye existen mecanismos que ayudan a conservar el calor y el aumento de la producción de calor. Los termorreceptores de la piel y el hipotálamo envían impulsos nerviosos al área preóptica y al centro promotor de calor en el hipotálamo, también a las células neurosecretoras del hipotálamo que elaboran la hormona liberadora de tirotrofina (TRH). En respuesta, el hipotálamo envía impulsos nerviosos y secreta TRH que, a su vez, estimula las células tirotropas del lóbulo anterior de la hipófisis para que secreten hormona tiroideo estimulante o tirotrofina (TSH). Luego, los impulsos nerviosos del hipotálamo y la TSH activan varios efectores. Cada efector responde de un modo tal que contribuye a normalizar la temperatura central.(Tortora G. J., 2013)
Los impulsos nerviosos del centro promotor de calor los estímulos de los nervios simpáticos inician la constricción de los vasos sanguíneos de la piel disminuyendo el flujo de sangre caliente por lo tanto la transferencia de calor desde los órganos internos hacia la piel.
Los impulsos de los nervios simpáticos que llegan a la médula suprarrenal estimulan la liberación de adrenalina y noradrenalina a la sangre que aumentan el metabolismo celular aumentando la producción de calor. (Tortora G. J., 2013)
El centro promotor de calor estimula áreas del encéfalo que aumentan el tono muscular y, por consiguiente, la producción de calor. Ejemplo: el escalofrío incrementa la velocidad de producción de calor llegándose a cuadruplicar el valor normal en sólo minutos.
La glándula tiroides responde a la TSH incrementando la liberación de las hormonas tiroideas hacia la sangre. Cuando los niveles de las hormonas tiroideas aumentan lentamente el índice metabólico, la temperatura corporal se eleva. (Tortora G. J., 2013)

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